Una montaña llamada "La Maroma" - Vol.1 (La ascensión)

Hace casi dos veranos, los del club Naranjitos Factory Team fueron a una montaña que yo no conocía, situada entre las provincias de Málaga y Granada. Cuando vi las fotos y el vídeo de la ruta que hicieron, comprendí que era una montaña que tenía que visitar (y sufrir) tarde o temprano. 


Dicho y hecho. Hace poco más de una semana nos pusimos manos a la obra para realizar lo que, a mi modo de ver, sería una de las rutas de enduro (enduro puro y duro) más memorables de este año. Esa montaña se llama... La Maroma.

No voy a relatar, como en otras ocasiones, los preámbulos del viaje de inicio. No quiero "enrollarme" tanto. Directamente, vamos al meollo del asunto. Partimos desde Salares, un pequeño pueblo de la Axarquía malagueña. Sin embargo, nuestro amigo Ricardo Elián salió desde Canillas del Aceituno, haciendo la ruta circular completa, es decir, unos 10km de carretera más otros 3km de pista por la cual nosotros, afortunadamente, lo adelantamos con los coches hasta dos o tres kilómetros más arriba. Al adelantarle, pudimos comprobar cómo "Mr Pink-Orange" sudaba como un cochinillo. Un tipo duro. 

Una vez aparcados los coches, desayunados y preparadas las bicis, salimos todos juntos hacia arriba. Bueno.Todos juntos... tampoco. Algunas "ratas" y "despojos" salieron en silencio mientras el resto terminaba de preparar las cosas y cerrar los coches. 

En cuanto a la subida al pico de La Maroma, se puede decir que consta de tres partes. La primera parte es una pista con alternancia de fuertes y medianas pendientes hasta las Llanadas de Sedella. 
Las vistas de cara al Mar Mediterráneo son espectaculares

En esa hermosa planicie, con vista directa hacia nuestro objetivo del día, descansamos para reponer fuerzas mientras esperamos a algunas de las "ratas" que se escabulleron sin previo aviso.
Llegada de Alberto y Alvarete a las Llanadas de Sedella, con el pico de La Maroma como telón de fondo

Reagrupados todos, afrontamos la segunda parte de la ascensión por un empinado, estrecho, y zigzagueante sendero en la que más de la mitad del recorrido teníamos que hacerlo empujando y porteando nuestras monturas sobre nuestras espaldas. Vuelven las reminiscencias de la escuela Vertriders, como bien ocurriera en aquella otra gran ruta que hicimos en Grazalema.

Desde el inicio del sendero se podía atisbar perfectamente las cumbres nevadas de Sierra Nevada hacia el este-nordeste, y la costa del Mediterráneo hacia el sur desde el principio de la ruta. Todo un espectáculo!
Acabando la segunda parte de la subida con Sierra Nevada al fondo

También tuvimos un pequeño momento de relax mientras repostábamos agua de una fuente.

Acabado el sendero que conformaba este segundo tramo de la ascensión, afrontamos el tercer y último tramo. Se puede considerar como la subida propiamente dicha a la cima. Casi el 100% de ésta sería con la bici a cuestas a lo largo de más de una hora, y sobre la roca viva. Seguramente, la parte más dura de la ascensión.
Arriba se puede ver a un grupo de senderistas que bajaban desde la cima y con los que nos cruzaríamos más adelante
Parece que está cerca la cima, y aún nos quedaría más de una hora de dura ascensión hasta alcanzar sus 2066 m de altitud

Una vez coronada la cima, nos cobijamos del fuerte viento en una especie de murete de roca en círculo o bajero, mientras esperamos al grupo de Alvarete. 
Uno de los pinchazos que sufriría Javi el "Trigeniero" en el Tajo Voladero

Curiosamente, además de haber muchos senderistas en la cima, había un grupo de caballos que se encontraba allí lamiendo la sal de las rocas. Una visión un tanto pintoresca, a la par que bucólica.
El caballo que susurraba a los bikers

Una vez agrupados todos y repuestas nuestras fuerzas, iniciaríamos un alucinante y largo descenso hacia el pueblo de Canillas del Aceituno. Pero éso mejor os lo cuento en la próxima publicación.
Llegaron los que faltaban. Listos para comenzar el gran descenso


*Resto de fotos en el Álbum La Maroma 2015 - Vol.1



Comentarios

  1. Cuando yo subí la sierra de Tejeda, no imaginé que algún día se pudiese subir en bicicleta. Esas corraletas de piedra para vivac, son estupendas para pasar la noche, pues te basta con el saco y la funda si hay humedad.
    Buena entrada y buenas fotos, chaval.

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    1. Gracias, Fran.
      Ciertamente, la ruta es poco ciclable después de dejar las Llanadas. Pero claro, éso es cuesta arriba. El descenso es otro cantar. Espero poder publicarlo mañana en la segunda parte.
      Un saludo

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