Cuando comencé a rodar sobre mi primera bici de montaña siendo un adolescente, se abría ante mí un nuevo mundo de aventuras e innumerables experiencias. Sin duda alguna mis comienzos, al igual que el de la inmensa mayoría de todos nosotros, fueron duros y muy sufridos.
Pero todas esas penurias que pasábamos a lomos de nuestros "caballos de hierro" en cada puerto de montaña, en cada descenso rocoso y vertiginoso, debido a esa falta de oxígeno en nuestros pulmones y a ese agudo y constante dolor en nuestras piernas, en nuestros riñones, y en los dedos y los nudillos de nuestras manos causado por el sobreesfuerzo realizado en cada pedalada y por la tensión soportada en cada frenada, eran claramente recompensados por aquellos momentos de éxtasis y satisfacción personal.
Satisfacción debida a esas impresionantes vistas tras haber sido capaces de superar nuestro reto personal al coronar esa cima.
O ese orgullo que te invade tras comprobar por ti mismo que has conseguido superar ese tramo de descenso técnico y revirado que tiempo atrás nunca te habrías imaginado que serías capaz de hacer.
Pero las alegrías y satisfacciones que te regala este invento del mountain bike va más allá de aquellos retos personales (físicos o técnicos) a los que uno se ve capaz de alcanzar y/o superar. Lo de el Strava, bueno, digamos que se ha convertido en el colmo de los objetivos y retos personales, según para quién.
Sencillamente, me estoy refiriendo a todos esos momentos que van unidos a una simple salida o ruta ciclista con tus amigos y compañeros de aventuras.
Esos momentos de convivencia que compartes en cada parada para descansar y comer algo.
O a la hora reparar un pinchazo o avería, mientras uno de nuestros colegas cuenta un chiste o anécdota divertida.
Al parar en una cumbre y divisar el punto de dónde vinimos o hacia dónde está nuestro próximo destino.
Al descubrir nuevos enclaves, nuevos paisajes, algún resto arqueológico, arquitectónico, o cavernoso.
Mientras realizas una breve sesión de fotos...
Al llegar a la casa de campo de un amigo y disfrutar de una suculenta barbacoa, o al parar en un bar en algún punto del recorrido para saborear una buena cerveza mientras se seca el barro que cubre tus piernas y tu bicicleta.
Y quien dice de pararse en un bar o taberna en mitad de una ruta, también dice de hacerlo al final de la misma.
Porque el simple hecho de montar sobre una BTT te da plena y total libertad para ir de un lugar a otro y disfrutar de cada rincón y de cada momento en compañía de tus amigos.
Y a veces, los mejores momentos son aquellos que se producen cuando menos te lo esperas, de manera improvisada, y sin planificarlos.
Por éso es tan especial este invento de la bici de montaña.
Pero todas esas penurias que pasábamos a lomos de nuestros "caballos de hierro" en cada puerto de montaña, en cada descenso rocoso y vertiginoso, debido a esa falta de oxígeno en nuestros pulmones y a ese agudo y constante dolor en nuestras piernas, en nuestros riñones, y en los dedos y los nudillos de nuestras manos causado por el sobreesfuerzo realizado en cada pedalada y por la tensión soportada en cada frenada, eran claramente recompensados por aquellos momentos de éxtasis y satisfacción personal.
Satisfacción debida a esas impresionantes vistas tras haber sido capaces de superar nuestro reto personal al coronar esa cima.
O ese orgullo que te invade tras comprobar por ti mismo que has conseguido superar ese tramo de descenso técnico y revirado que tiempo atrás nunca te habrías imaginado que serías capaz de hacer.
Pero las alegrías y satisfacciones que te regala este invento del mountain bike va más allá de aquellos retos personales (físicos o técnicos) a los que uno se ve capaz de alcanzar y/o superar. Lo de el Strava, bueno, digamos que se ha convertido en el colmo de los objetivos y retos personales, según para quién.
Sencillamente, me estoy refiriendo a todos esos momentos que van unidos a una simple salida o ruta ciclista con tus amigos y compañeros de aventuras.
Esos momentos de convivencia que compartes en cada parada para descansar y comer algo.
O a la hora reparar un pinchazo o avería, mientras uno de nuestros colegas cuenta un chiste o anécdota divertida.
Al parar en una cumbre y divisar el punto de dónde vinimos o hacia dónde está nuestro próximo destino.
Al descubrir nuevos enclaves, nuevos paisajes, algún resto arqueológico, arquitectónico, o cavernoso.
Mientras realizas una breve sesión de fotos...
Al llegar a la casa de campo de un amigo y disfrutar de una suculenta barbacoa, o al parar en un bar en algún punto del recorrido para saborear una buena cerveza mientras se seca el barro que cubre tus piernas y tu bicicleta.
Y quien dice de pararse en un bar o taberna en mitad de una ruta, también dice de hacerlo al final de la misma.
Porque el simple hecho de montar sobre una BTT te da plena y total libertad para ir de un lugar a otro y disfrutar de cada rincón y de cada momento en compañía de tus amigos.
Y a veces, los mejores momentos son aquellos que se producen cuando menos te lo esperas, de manera improvisada, y sin planificarlos.
Por éso es tan especial este invento de la bici de montaña.
Salud!
*Fotografía: McRaul FiftyFive y Pepe Spin
Me ha gustado Rául .... :-)
ResponderEliminarGracias! Me alegra que te haya gustado ;)
EliminarPreciosas fotos
ResponderEliminarUn saludo
Medel
Muchas gracias, y un saludo igualmente.
EliminarMuy buena entrada, chaval.
ResponderEliminarTe voy a hacer una pregunta:
¿La foto de fondo es el Embalse de la Laguna de las Yeguas?
Hablando de hierros, hace unos meses me he comprado uno y lo he montado yo. Va muy bien, pero tiene suspensión delantera... una estética muy parecida a la de esa Kona, que será de principios o mediados de los 90, digo yo.
Nosotros también hacemos un blog, pero más "light", se llama Caminos y Caños, y va enfocado a actividades de senderismo... igual te aburre.
Un saludo, chaval... y me repito: Buena entrada.
Hola, Franeto.
EliminarAnte todo, gracias por tus comentarios. En efecto, es la Laguna de Las Yeguas. La tomé el verano del 2013.
En cuanto a la Kona, es el modelo Lava Dome del 96. No ibas mal encaminado ;)
Sobre vuestro blog, cuál es? El de Isabel Cáceres? Cuando pueda le echaré un "buen ojo" y lo añadiré a mi lista de blogs. Tiene toda la pinta de ser muy interesante.
Por cierto, para esta noche espero publicar mi siguiente entrada, además de hacer un ligero cambio en la estética y orden del blog (sólo ligero). La base y la esencia serán las mismas, pero quiero simplificarlo un poquito.
Un saludo, y gracias de nuevo
Raul, gracias a ti por responderme.
ResponderEliminarAfirmativo lo del blog, ese es el nombre de mi pareja.
Solo hacemos senderos, aunque alguna vez hemos ido a Pirineos, por ejemplo, y la he "enmarronao"... pero después se alegra.
Un saludo, chaval, y espero esos cambios.
Ooops! Me he liado más de la cuenta. Voy a tener que dejarlo para la tarde del sábado... Sorry!
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